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Mostrando entradas de enero, 2025

[Luis Asenjo] El cementerio de las promesas rotas

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En la periferia de la ciudad, donde los ruidos de la maquinaria y el bullicio del mercado apenas alcanzan como un murmullo lejano, se encuentra el cementerio. No es un lugar de descanso, sino un osario de sueños rotos, un campo de huesos de generaciones traicionadas por la mano espectral del capital. Los mausoleos llevan inscripciones que susurran la historia de ideologías abandonadas: “Libertad” grabada junto a un puño cerrado; “Revolución” con letras que se desvanecen como la fe de quienes las tallaron. El aire es espeso, cargado de una niebla que se mueve con voluntad propia, acariciando las lápidas como un amante melancólico. A la luz mortecina de la luna, las sombras se alargan y se retuercen, tomando formas que parecen danzar en un rito nocturno. Este no es un cementerio ordinario: es el terreno de la historia no contada, el espacio donde las ideas y los movimientos que una vez ardieron con pasión se redujeron a cenizas por la fría lógica de la acumulación. Las estatuas de márm...

[Luis Asenjo] El canto de las fábricas vacías: elegías de la prole fantasma

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Los muros de ladrillo ennegrecido, herederos de un pasado industrial, aún se erigen como vestigios de un tiempo que se niega a descansar. Las fábricas abandonadas respiran con un susurro, un eco de engranajes que nunca cesaron, que en la noche murmuran historias de obreros que dejaron de existir pero nunca dejaron de trabajar. La ciudad moderna, con su fachada de vidrio y acero, es un mausoleo de lo no-muerto, donde el capital recorre sus venas como una hemorragia interminable, impulsada por la pulsión de una vida vampírica. Las calles, bajo las luces de neón, reflejan un mar de sombras en movimiento: cuerpos que, en su frenética danza, no son más que figuras espectrales. El proletariado se ha convertido en un ejército de fantasmas, condenados a una vigilia eterna, sirviendo a un sistema que se alimenta de su tiempo y su voluntad. Ya no existen cadenas visibles, pero los grilletes de la deuda, la precariedad y la promesa rota del progreso siguen apretando con una fuerza inexorable. E...